Consejos prácticos para prevenir y manejar el miedo a ruidos y petardos

Las fobias y miedos son muy frecuentes, uno de cada dos perros los sufren, y pueden llegar a causar complicaciones muy serias que afectan a la calidad de vida de los perros. A medida que pasa el tiempo, los perros que tienen miedo a los ruidos pueden ir asociando su miedo a otras cosas, como por ejemplo a los días nublados, a la lluvia…o incluso son capaces de anticipar y los asocian a acontecimientos que ocurren antes de que aparezca el trueno o el ruido que tanto les preocupa.

Los síntomas más habituales del miedo a los ruidos son:
– Agitación y temblores.
– No separarse de los propietarios.
– Ladrar en exceso.
– Agazaparse y esconderse debajo de los muebles.
– Intentar escapar.
– Defecar y orinar en casa.
– Jadear, deambular sin parar.
– No querer comer.

Cómo prevenir el miedo o fobia a ruidos y petardos en cachorros:

  • Evita experiencias negativas con ruidos en las primeras semanas:

Sobre todo durante el periodo de socialización. Desde la 3ª hasta la 12ª semana se produce el periodo de socialización del cachorro. Este es el periodo más sensible de su desarrollo y hay que evitar que relacione los ruidos con experiencias negativas.

El perro debe acostumbrarse desde cachorro y de forma gradual a las situaciones nuevas – como pueden ser los ruidos de petardos, fiestas, etc.

  • Asocia el ruido con algo positivo:

· Enséñale a relacionar los ruidos con premios comestibles o juego por ejemplo.
· Usa grabaciones de ruidos o fuegos artificiales, en internet puedes encontrar este tipo de recursos.
· Distrae al cachorro con premios y/o juego. Cuando ya esté distraído, reproduce los sonidos a muy baja intensidad.
· Si el cachorro no reacciona con intranquilidad y/o miedo sube progresivamente la intensidad del sonido.
· Si un cachorro muestra excesivo miedo hay que pedir rápidamente consejo al veterinario. Si se trata desde jovencito es muy fácil que se recupere completamente.

fuegos

Si tu perro ya tiene miedo o fobia a ruidos y petardos

  • Exponer al perro de forma forzada al ruido es un error:

Obligar al perro a permanecer en contacto con los ruidos que le provocan el miedo es una “terapia” no recomendada y peligrosa.

Estas prácticas que se utilizaban en tiempos pasados, y que hoy están desacreditadas, pueden conducir al perro a crisis de pánico intenso, muchas veces acompañadas de agresiones. Puedes provocar que se angustie hasta el punto de mostrar miedo a todo.

  • Prepara una zona segura para los días de eventos “ruidosos”:

  • Crea un refugio para él. Puedes usar su transportín o una caja de cartón en la que pueda esconderse.
  • Anímale dos o tres semanas antes a usar esta zona segura, ofreciéndole allí comida o juegos.
  • Los días en que se produzcan los ruidos baja las persianas  y mantén la zona con poca luz. Conviene que dejes la televisión o la radio en funcionamiento, para amortiguar el sonido.
  • Saca a pasear a tu perro por zonas tranquilas, donde sea poco probable que se lancen petardos.

Cuando muestre miedo, mantente a su lado

  • En este caso tu comportamiento debe ser tranquilo.
  • El perro debe notar que nuestro comportamiento es calmado para que vaya aprendiendo que se trata de una situación normal que no entraña peligro.
  • Realiza una actividad rutinaria que pueda atraer su interés para que su atención se desvíe de la fuente que le causa miedo.
  • No le obligues a salir y mantente cerca de él. No trates de confortarle, puedes potenciar su actitud para el futuro.

Nunca muestres enfado ni le regañes y jamás le castigues, empeorará la situación


Si es un miedo habitual consulta con un especialista

  • Cuando el perro tiene miedo, incluso si la intensidad del ruido es baja, y/o reacciona frente a estímulos que asocia a los petardos, conviene consultar a un veterinario etólogo.
  • El especialista en comportamiento seguirá un programa de habituación a los ruidos.
  • Es mejor iniciar este programa en periodos del año en los que no se prevean eventos desagradables para el perro.
  • Si todo esto no es suficiente tú perro puede necesitar feromonas, medicación o terapia. ¡Consulta a tú veterinario!