Mi perro está amarillo: ¿qué le ocurre?

La coloración amarilla de piel y mucosas, también llamada ictericia, que podemos ver en ocasiones en nuestros perros, se debe a la presencia en concentraciones elevadas en sangre de una sustancia llamada bilirrubina. Se trata de una sustancia necesaria para la vida pero que en concentraciones elevadas puede ser perjudicial para la salud y es sinónimo de la presencia de algún tipo de enfermedad.

¿Qué es la bilirrubina?

La bilirrubina es una sustancia que se obtiene de la degradación o destrucción de la hemoglobina, otro pigmento muy importante que necesitan los glóbulos rojos para realizar el transporte de oxígeno. Un glóbulo rojo, suele vivir en torno a 120 días aproximadamente, y una vez terminada esa etapa, sale del torrente sanguíneo, y mediante una serie de procesos metabólicos, se van separando sus componentes liberando finalmente bilirrubina Una vez producida se almacena en la vesícula biliar, ayudando a teñir de verde a la bilis, de la que forma parte. Durante la digestión de la comida, la bilis es expulsada de la vesícula biliar hacia el intestino, donde participa en la digestión de la misma, formando, finalmente, parte de las heces y dándole su color característico.

¿Qué síntomas puede presentar mi perro si tiene ictericia?

Lo primero y más evidente que vamos a ver en un perro con ictericia o hiperbilirrubinemia (aumento de la cantidad de bilirrubina en sangre), es el color amarillo de su piel y mucosas (encías, ojos, etc). Hay muchas enfermedades que pueden producir ictericia y los síntomas serán los propios de la cada enfermedad y los debidos a la propia elevación de la bilirrubina.

Los más habituales son:

  • Apatía y pérdida de apetito
  • Dolor abdominal
  •  Vómitos
  •   Diarrea
  •   Incremento de la sed y micción frecuente (polidipsia/poliuria)
  •   Orina y heces de color inusual
  •   Confusión o desorientación
  •   Pérdida de peso

¿Qué enfermedades pueden producir ictericia?

A grandes rasgos, hay tres tipos de procesos que pueden elevar la bilirrubina en sangre:

  • Enfermedades que producen destrucción de los glóbulos rojos: intoxicaciones (cebolla, plomo, cobre), enfermedades autoinmunes, diversas infecciones, algunos fármacos, diferentes tipos de cáncer, etc. En estos casos hay una gran cantidad de hemoglobina que queda libre al romperse los eritrocitos y que el organismo la transforma en bilirrubina.
  • Enfermedades hepáticas: hepatitis, cirrosis, cáncer, algunas infecciones, intoxicaciones, fármacos. Aquí el hígado al estar enfermo es incapaz de eliminar toda la bilirrubina.
  • Enfermedades que impiden que la bilis pueda salir de la vesícula biliar: traumatismos, cáncer, pancreatitis, cálculos, rotura del conducto biliar o de la vesícula biliar. En estos casos, la bilirrubina no puede seguir su camino natural hacia el intestino.

¿Cómo vamos a diagnosticar la causa de la ictericia?

Al ser numerosas las causas que la pueden producir es importante realizar un riguroso protocolo diagnóstico y acudir cuanto antes al veterinario, ya que algunas de las causas pueden ser graves y requieren un diagnóstico rápido para instaurar la terapia más adecuada.

El proceso comienza con una adecuada toma de datos que nos proporcionará el propietario, seguido de un buen examen físico y análisis de sangre y orina. La mayoría de casos requerirán además otras pruebas como radiografías y ecografías y en algunos casos toma de biopsias, cultivos, escáner abdominal, etc.

¿Cómo tratamos la ictericia?

La terapia irá dirigida a tratar la enfermedad responsable de la misma, por eso es muy importante tener un diagnóstico adecuado. La mayoría de los casos, además, necesitarán tratamiento de soporte, en muchos casos de modo urgente, como transfusiones de sangre o plasma, fluidoterapia intravenosa, analgésicos para controlar el dolor, etc.

CONCLUSIONES

La ictericia o aumento de la concentración de bilirrubina en sangre, es la responsable del color amarillento de piel y mucosas que pueden presentar nuestros compañeros. No es una enfermedad en sí misma, sino un signo de otra enfermedad, que no siempre va a ser hepática. Es importante acudir rápidamente al veterinario si vemos a nuestro perro de color amarillo, para poner un tratamiento de modo urgente y realizar un buen protocolo diagnóstico para saber la enfermedad responsable e instaurar una terapia específica para cada caso.